Los sadlermiut constituían un pequeño grupo de indígenas que habitaban algunas islas al norte de la Bahía de Hudson y que presentaban peculiaridades culturales y lingüísticas con respecto a sus vecinos. Fueron contactados a lo largo del siglo XIX, pero una epidemia difundida a partir de un marinero enfermo del Native, un ballenero escocés fondeado en Cape Low, al sur de la isla de Southampton, desencadenó la desaparición completa de esta tribu de manera fulgurante entre 1902 y 1903. Los testimonios y apuntes de los navegantes que los conocieron, así como sus huellas arqueológicas, nos permiten reconstruir su cultura y explicar su posición genética y cultural en el sustrato de la población del Ártico.
Mapa de La Bahía de Hudson donde podemos ver destacadas las islas de Southampton y Coats, así como la posición de la isla Walrus, lugares que habitaron los Sadlermiut. |
Los Sadlermiut o bien Sallirmiut o Saglirmiut, fueron denominados de esta manera por los europeos, que tomaron el nombre que los inuit daban a los habitantes de Salliq, al sur de Southampton island (en la actual Coral Harbour). Además de la parte sur de esta isla, habitaban la isla de Coats y el pequeño islote de Walrus.
La primera y documentada noticia de ellos nos la aporta George Francis Lyon que estando al mando del HMS Griper, buque de apoyo en la tercera expedición ártica de Parry, fondeó en una bahía de la isla de Coats en 1824, allí tuvo contacto con los nativos, este contacto nos dejó información escrita y gráfica de los aborígenes de la zona con los que comerciaron tímidamente y a los que comenzaron a denominar con el nombre con el que hoy les conocemos. Reparó Lyon (ya veterano navegante del Ártico) en el lenguaje peculiar de este pueblo y en otras notables diferencias en sus costumbres y vestimentas con respecto a los inuits de los territorios próximos (netsilik, iglulik, caribous inuit...) que aunque distintos entre sí, presentaban una cultura más homogénea entre ellos y diferenciada de la de estos pequeños grupos.
Ya hemos aportado en otras entradas algunos dibujos de Lyon, en sus expediciones árticas, también aquí nos dejó una instantánea de un sadlermiut acercándose al Griper en unos rudimentarios flotadores de piel de morsa con una pala de hueso de ballena para ofrecer un pescado y una flecha con los que comerciar con los tripulantes, es la imagen más difundida y testimonial que conservamos de esta tribu e ilumina un momento que Lyon describió en su diario de forma pormenorizada.
Un Sadlenmiut se dirige hacia el Griper para comerciar. George Francis Lyon, Coral Harbour, 1824 |
George Francis Lyon (1795-1832) fue capitán de la marina británica, pero también artísta y escritor. Entre 1818 y 1820 había estado en África en una misión oficial y había viajado al río Niger y a Tombuctú, en 1921 publicó un libro de este viaje también ilustrado por él mismo. Con tan solo 26 años acompañó como comandante al entonces capitán Parry en su segunda expedición ártica a bordo del Hecla, en esta expedición ya figuraba el Griper, un buque que acabaría mandando Lyon como capitán en la tercera expedición de Parry. Aunque el buque se había rehabilitado para esta misión, sus carencias crearon enormes dificultades en su navegación que forzaron el regreso accidentado del barco, a pesar de que la vuelta se consumó sin desgracias, la labor de Lyon fue considerada un fracaso en cierta medida y éste abandonó la armada. Su periodo de exploraciones árticas nos ha dejado valiosos testimonios, su acercamiento a los pueblos indígenas fue sincero y sus apreciaciones etnográficas, siempre procedentes de su observación, nunca de oídas, fueron rigurosas y respetuosas.
Según cálculos de mediados del siglo XIX, el número de los Saldermiut se aproximaba en esos años a los 200 individuos, pero al comienzo del siglo XX, cuando les sobrevino la epidemia, probablemente de tifus, que causó su extinción definitiva, ya tan solo contaban con unos 70 miembros.
Sus peculiaridades culturales parecían preservadas de un sustrato anterior a los inuit, por lo que durante bastante tiempo se les consideró supervivientes de la Cultura Dorset (ya comentaremos más abajo las recientes investigaciones genéticas a este respecto). Los saldermiut no eran buenos constructores de igloos, de hecho vivían casi todo el año en casas de hierba y piedra, no usaban lámparas de esteatita ni trineos con perros, no atendían a la mayoría de los tabús estándar entre los inuit, dependían en mayor medida del pescado y aunque cazaban mamíferos marinos, apenas se dedicaban a la ballena y algo más al caribú.
La tosquedad de sus herramientas, fundamentalmente de pedernal hizo que los resultados arqueológicos de sus asentamientos se consideraran una prueba de la continuidad en ellos de la Cultura Dorset.
La isla de Southampton es una gran extensión llana al norte de la bahía de Hudson, su proximidad al continente no sugiere que sea fácil que allí se produzca el aislamiento de determinados grupos humanos, por otra parte numerosos yacimientos arqueológicos en este enclave nos aportan informaciones determinantes sobre el desarrollo en el lugar de las culturas paleo-esquimales en especial de la cultura pre-dorset o saqqaq y de la cultura Dorset o Tunit.
Estas culturas han sido consideradas producto de una oleada migratoria procedente de Siberia que se produjo hace unos 4500 años. Los grupos procedentes de esta migración no se mezclaron a lo largo de miles de años con ningún grupo procedente de otros linajes y fueron sustituidos de manera relativamente rápida por la posterior oleada siberiana que hace unos mil años aportó la base de la actual población esquimal (la cultura Thule).
Los pequeños grupos sadlermiut con sus peculiaridades culturales y su aislamiento han sido considerados durante años los únicos supervivientes de aquella primera ocupación humana del Ártico.
Esto fue afirmado por Henry B. Collins que entre 1954 y 1955 excavó en Native Point, al sureste de Coral Harbour las ruinas de casas de piedra que constituían uno de los últimos asentamientos sadlermiut y que parecían evidenciar la continuidad de la cultura Dorset.
También cimentaba esta teoría la peculiaridad lingüística de los sadlermiut que sus vecinos consideraban "lengua propia de bebés", tal vez porque se trataba de una lengua de contacto.
Según cálculos de mediados del siglo XIX, el número de los Saldermiut se aproximaba en esos años a los 200 individuos, pero al comienzo del siglo XX, cuando les sobrevino la epidemia, probablemente de tifus, que causó su extinción definitiva, ya tan solo contaban con unos 70 miembros.
Sus peculiaridades culturales parecían preservadas de un sustrato anterior a los inuit, por lo que durante bastante tiempo se les consideró supervivientes de la Cultura Dorset (ya comentaremos más abajo las recientes investigaciones genéticas a este respecto). Los saldermiut no eran buenos constructores de igloos, de hecho vivían casi todo el año en casas de hierba y piedra, no usaban lámparas de esteatita ni trineos con perros, no atendían a la mayoría de los tabús estándar entre los inuit, dependían en mayor medida del pescado y aunque cazaban mamíferos marinos, apenas se dedicaban a la ballena y algo más al caribú.
La tosquedad de sus herramientas, fundamentalmente de pedernal hizo que los resultados arqueológicos de sus asentamientos se consideraran una prueba de la continuidad en ellos de la Cultura Dorset.
Útiles de pedernal y marfil procedentes de excavaciones de asentamientos de Saldermiut, en la cabeza del ulu (cuchillo) existe una ranura para alojar el filo, que no se aprecia en la imagen. |
Aarngaq (objeto con poder) procedente de una tumba sadlermiut en Native Point, hallado en 1959. Madera, 6,8 cm. Museo canadiense de la civilización, Gatineau, Quebec |
Estas culturas han sido consideradas producto de una oleada migratoria procedente de Siberia que se produjo hace unos 4500 años. Los grupos procedentes de esta migración no se mezclaron a lo largo de miles de años con ningún grupo procedente de otros linajes y fueron sustituidos de manera relativamente rápida por la posterior oleada siberiana que hace unos mil años aportó la base de la actual población esquimal (la cultura Thule).
Los pequeños grupos sadlermiut con sus peculiaridades culturales y su aislamiento han sido considerados durante años los únicos supervivientes de aquella primera ocupación humana del Ártico.
Esto fue afirmado por Henry B. Collins que entre 1954 y 1955 excavó en Native Point, al sureste de Coral Harbour las ruinas de casas de piedra que constituían uno de los últimos asentamientos sadlermiut y que parecían evidenciar la continuidad de la cultura Dorset.
También cimentaba esta teoría la peculiaridad lingüística de los sadlermiut que sus vecinos consideraban "lengua propia de bebés", tal vez porque se trataba de una lengua de contacto.